(OSV News) -- Una puntuación sorprendente llamó la atención de Patrick Schmadeke cuando leyó el documento de trabajo del Sínodo sobre la Sinodalidad, recientemente publicado: una abundancia de signos de interrogación -- para alrededor de 300 interrogantes.
Para el director de evangelización de la Diócesis de Davenport, Iowa, esas preguntas son un signo de la voluntad de la Iglesia de "vivir en la tensión de la consulta".
El "poder fundamental del documento está en sus preguntas", dijo Schmadeke, quien ayudó a dirigir la fase de preparación a nivel local del sínodo en su diócesis. "No se puede llegar a una nueva visión sin plantearse antes una interrogante".
La Santa Sede publicó el "Instrumentum Laboris" el 20 de junio para guiar la preparación del próximo "Sínodo 2021-2024: Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación y misión", también conocido como Sínodo sobre la Sinodalidad.
El documento de trabajo, de 60 páginas, incluye una reflexión sobre el proceso de preparación sinodal y los tres principales "temas prioritarios" del Sínodo: comunión, participación y misión. También incluye 15 hojas de trabajo para ayudar a los lectores a reflexionar sobre esos temas, con cinco hojas de trabajo para cada tema prioritario.
Un "Instrumentum Laboris" -- "documento de trabajo" en latín -- se crea principalmente para los delegados que asistirán a una asamblea sinodal, pero este documento tiene un atractivo más amplio, dijo Julia McStravog, teóloga y co-coordinadora del equipo de la Conferencia de los Obispos Católicos de EE.UU. (o USCCB) para la fase continental del sínodo junto con Richard Coll, director ejecutivo del Departamento de Justicia, Paz y Desarrollo Humano de la USCCB en Washington.
El documento, redactado por expertos de los cinco continentes, invita al pueblo de Dios a "la radicalidad del cristianismo", dijo McStravog, citando el párrafo nº 26. "En este documento, creo que la Iglesia está articulando con más audacia cómo se supone que debe ser también la Iglesia".
Coll elogió la belleza y la esperanza del documento, señalando que también le sorprendió su "valentía", con la voluntad de tocar temas que los católicos pueden encontrar difíciles de discutir, o que históricamente se han considerado sin una amplia consulta.
"(El documento) no rehuyó articular algunos de los temas clave que habían surgido en las conversaciones en todo el mundo", dijo, "temas como el acercamiento a las comunidades marginadas, incluidas las comunidades LGBTQ, incluidos los católicos vueltos a casar -- católicos que se vuelven a casar fuera de la Iglesia --, los ancianos, los jóvenes ,(y la importancia del) diálogo interreligioso".
El gran número de preguntas del documento de trabajo lo separa de sus predecesores. El "Instrumentum Laboris" para el Sínodo de 2018 sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional contiene alrededor de 17 preguntas en su texto, y el documento para el Sínodo de 2015-2016 sobre la familia contenía tres. La mayoría de las preguntas del documento de trabajo del Sínodo sobre la Sinodalidad se encuentran en sus hojas de trabajo, que no eran componentes de los documentos de trabajo de sínodos anteriores.
Aunque las preguntas abordan algunos de los temas más controvertidos de la Iglesia mundial, "Dios no tiene miedo a las preguntas", dijo McStravog. El sínodo, añadió, "no trata de responder a esas preguntas; se trata de averiguar cómo responder a esas preguntas juntos".
El proceso de preparación del próximo Sínodo sobre la Sinodalidad comenzó con sesiones de escucha a nivel diocesano en 2021-2022, cuyos resúmenes informaron las discusiones y el discernimiento de la fase continental en 2022-2023. A principios de este año se presentó a la Santa Sede una síntesis de cada discusión continental.
Coll, McStravog y su colega Alexandra Carroll formaban parte de los 18 delegados -- entre ellos ocho obispos, tres sacerdotes, dos religiosas y otros dos laicos -- de Estados Unidos y Canadá encargados de elaborar el documento continental norteamericano.
En octubre, 370 delegados se reunirán en el Vaticano para la Asamblea General del Sínodo, la primera de las dos reuniones mundiales del Sínodo sobre la Sinodalidad, y la segunda está prevista para octubre de 2024.
Entre ellos habrá laicos que, por primera vez, tendrán derecho a voto en el documento final. Se espera que los delegados estadounidenses sean anunciados dentro de un mes, dijo McStravog.
Carroll, responsable de comunicación para la misión social en el Departamento de Justicia, Paz y Desarrollo Humano de la USCCB, dijo que ve claras conexiones entre el documento de trabajo y los documentos continentales presentados para ayudar a su discernimiento.
El documento dice que "una iglesia sinodal es este lugar que aborda las tensiones con amor", dijo. "Afronta las tensiones que existen de un modo que construye la unidad".
"Es una invitación a decir, como en una familia, ¿cómo crecemos juntos?", dijo Carroll. "¿Cómo caminamos en estas situaciones de tensión, en estas situaciones de desacuerdo, y encontramos una resolución que no sacrifica nuestras creencias o nuestras enseñanzas, pero que realmente permite que el Espíritu revele los signos de los tiempos?".
En la Diócesis de Davenport, los católicos se prepararon para el sínodo mundial con 470 sesiones de escucha y una iniciativa llamada "58.000 tazas de café", en la que se animó a sus 19.400 católicos "en los bancos" a hablar con otras tres personas: otra que asiste regularmente a misa, alguien que no había vuelto a la iglesia tras la pandemia del COVID-19, y alguien que dejó la iglesia hace tiempo o que nunca practicó una fe. La pregunta para todas esas conversaciones: "Basándote en tu experiencia personal, ¿qué te llena el corazón y qué te rompe el corazón de la Iglesia católica?".
Schmadeke dijo que la apertura de la Iglesia a la escucha le hace albergar esperanzas sobre su futuro, y que será un lugar donde sus dos hijos pequeños encontrarán un hogar cuando sean adultos.
"El Papa Francisco ha hecho la observación de que estamos viviendo un cambio de época, o un cambio de eras. Y en el contexto de ese paisaje cambiante, no siempre podemos asumir que lo que siempre hemos hecho siempre funcionará", dijo.
Las respuestas rápidas a las preguntas suelen llevar a soluciones antiguas, algunas de las cuales pueden seguir funcionando y otras no, dijo Schmadeke, pero la pregunta es clave para ayudar a la iglesia local y universal a "llegar a los conocimientos a los que el Espíritu está tratando de llevarnos hoy".