Líderes en formación matrimonial alientan a ‘amar como Cristo’ y mostrar ‘la verdad y la belleza de la vida en familia’
Por Maria del Pilar Guzman, OSV News
(OSV News) -- Este verano, los participantes en la Cumbre del Catecumenado Matrimonial se reunieron en un centro de retiros cerca de Houston, Texas, para desentrañar el contenido de "Itinerarios Catecumenales para la Vida Matrimonial", una herramienta pastoral preparada por el Dicasterio para los Laicos, la Familia, y la Vida del Vaticano. En entrevistas realizadas después de la cumbre, dos participantes, cuyo ministerio incluye servir a católicos hispanos, reflexionaron sobre el proceso de formación matrimonial.
Si bien la conferencia del 26 al 28 de junio alentó a los asistentes -- entre ellos el obispo Italo Dell'Oro, auxiliar de la Arquidiócesis de Galveston-Houston, y el obispo Brendan J. Cahill de la Diócesis de Victoria, Texas -- a continuar su papel de guías mucho después de que el sacerdote haya bendecido la unión a través del Sacramento del Matrimonio, también los alentó a ser más intencionales y efectivos en proclamar la vocación del matrimonio.
Alguien que se toma este ministerio muy en serio es el padre Víctor Pérez, párroco de la Iglesia Católica de San José en el centro de Houston y uno de los oradores en la Cumbre del Catecumenado Matrimonial. Mientras hablaba con Darnell Miller, director creativo de MAX Studios de la Universidad de St. Thomas-Houston, el padre Pérez reveló cómo su parroquia integra la preparación y formación matrimonial en todo lo que hacen.
Sirviendo a una gran cantidad de jóvenes profesionales que están discerniendo su vocación entre la vida consagrada o el matrimonio, el padre Pérez les aconseja, ante todo, que sigan a Cristo "y lo que Él nos enseña sobre el amor. El amor es sacrificio, es el darse a uno mismo".
Específicamente, en la alianza del matrimonio, "se entra allí para morir a uno mismo, para entregar tu vida y construir una familia", expresó.
El ministerio de formación matrimonial del padre Pérez se extiende a la población hispana, que, junto a la comunidad anglosajona, representa el grupo demográfico más grande en la Iglesia Católica de San José.
El padre Pérez habló sobre la participación de sus feligreses en el Movimiento Familiar Cristiano Católico, un ministerio donde las familias se reúnen y tienen oportunidades de formación que les permite fortalecer los valores católicos en la familia. Estos mentores, que son parejas matrimoniales, se reúnen cada dos semanas con el padre Pérez "para repasar lo que van a decir, lo que van a enseñar", explicó, agregando que "ha sido una gran manera para mí como párroco de estar cerca de ellos".
Añadió que muchas de estas parejas también son mentores para parejas comprometidas en la parroquia a través de un programa bilingüe llamado "Testimonio de Amor", que conecta a parejas que buscan orientación con líderes de formación matrimonial. Es un programa que trasciende las barreras del lenguaje y se centra en el amor de Cristo, afirmó el sacerdote.
El padre Pérez también habló sobre el crecimiento del ministerio de adultos jóvenes en San José, que incentiva un ambiente de confianza donde las personas se sienten cómodas conociendo a otros que comparten sus valores y formando amistades santas que pueden llevar al noviazgo.
"No tengo un secreto sobre las citas, pero creo que es importante ser el tipo de persona dispuesta a amar verdaderamente como Cristo. Y así, hombres y mujeres deben luchar contra sus propias inseguridades, egoísmo, malos vicios", aconsejó.
Al igual que el padre Pérez, Jake Samour, director de la Oficina de Matrimonio y Vida Familiar en la Diócesis de Wichita, Kansas, se compromete a promover la vocación del matrimonio.
Originario de El Salvador, Samour atribuye su matrimonio a una visita al Pontificio Instituto Juan Pablo II de Estudios sobre el Matrimonio y la Familia en Washington en 2003, ya que fue allí donde conoció a su futura esposa.
"Cuando me vino el pensamiento de que esta podría ser la persona que Dios tenía para toda la eternidad y reservada para mí . . . eso fue un gran regalo", reveló en una entrevista con Miller durante la cumbre.
Pero incluso antes de conocer a su esposa y casarse, Samour tuvo líderes -- desde un ministro de jóvenes y un director de catequesis hasta un director de matrimonio y familia -- que se acercaron a él, fueron sus mentores, y lo guiaron en un camino vocacional que lo llevaría a la vida matrimonial.
"No tenían que hacerlo. No fueron enviados por el sacerdote para hacerlo. Lo hicieron simplemente porque ellos tenían un llamado de evangelización", expresó.
Lleno de gratitud por la mentoría que recibió en la iglesia, Samour espera lograr lo mismo en su rol actual, que describe como "transmitir la fe a otros en la verdad y belleza de la vida familiar".
Reflexionando sobre el gran porcentaje de adultos jóvenes y adultos hispanos en la Iglesia Católica de Estados Unidos, Samour dijo que esta vibrante comunidad aporta un regalo en la vida familiar que él ve como "un obsequio para nuestra cultura aquí en Estados Unidos".
En su ministerio, el alienta a otros líderes de formación catequética y matrimonial a aprovechar esa energía y llevarla a las familias. Sin embargo, también anima a los católicos a dar un paso adelante y liderar: convertirse en mentores para estudios bíblicos, programación, y charlas.
"Sean más intencionales con los demás con el regalo que ya llevan en ellos", añadió Samour.