Por OSV News
(OSV News) -- Los obispos de Estados Unidos han reconocido a tres defensores de la vida por sus esfuerzos de muchos años, otorgándoles los premios People of Life (Gente de Vida).
Los obispos otorgaron los honores de este año a Margaret (Peggy) Hartshorn, presidenta de la junta directiva de Heartbeat International, una red de centros de recursos de embarazo pro-vida de EE.UU.; Aurora Tinajero, una defensora pro-vida y presentadora radial con sede en Texas; y la difunta pediatra, bioéticaa clínica y neonatóloga Dra. Kathryn Moseley, quien hasta su muerte en junio de 2023, a la edad de 70 años, había sido la profesora asistente emérita de pediatría en la Universidad de Michigan.
Según un comunicado de prensa del 31 de julio de la Conferencia de los Obispos Católicos de EE.UU., las galardonadas fueron homenajeadas el 17 de julio durante la Conferencia Diocesana de Liderazgo Provida anual en Toledo, Ohio, donde Moseley fue agasajada a título póstumo.
A la cena privada de entrega de premios asistieron Mons. Michael F. Burbidge, obispo de Arlington, Virginia, y presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB; Mons. Daniel E. Thomas, obispo de Toledo; y Mons. Earl K. Fernandes, obispo de Columbus, Ohio, así como unos 80 líderes provida diocesanos e invitados.
Establecido en 2007 por la Secretaría de Actividades Pro-Vida de la USCCB, el premio Gente de Vida reconoce a los católicos que han respondido a la llamada esbozada por San Juan Pablo II en "El Evangelio de la Vida" ("Evangelium Vitae") dedicándose a actividades pro-vida y promoviendo el respeto por la dignidad de la persona humana.
People of Life es la campaña de acción provida de la Iglesia católica en Estados Unidos, que une a clérigos, religiosos y laicos bajo un plan pastoral que promueve la información pública y la educación, la oración y el culto, la política pública y la atención pastoral.
Las mujeres galardonadas en 2023 se unen a otros 40 premiados que han sido reconocidos por sus importantes y prolongadas contribuciones a la cultura de la vida.
Hartshorn y su esposo comenzaron su ministerio provida poco después de que se legalizara el aborto en la sentencia Roe vs. Wade de 1973, alojando a mujeres embarazadas en su casa y llevando a cabo actividades educativas, políticas y legislativas. En 1981, los Hartshorn abrieron el primer centro de ayuda a embarazadas de Columbus. A lo largo de los años, Hartshorn ha sido reconocida por su labor por el presidente George H.W. Bush, Estudiantes por la Vida, Legatus International y la Diócesis de Columbus.
Tinajero comenzó su labor pro-vida en la Diócesis de Dallas en 1984, y fue invitada a representar a la comunidad hispanohablante cuando se fundó el Comité Católico Pro-Vida en 1993. Diez años más tarde, se convirtió en la directora del ministerio en español del Comité Católico Pro-Vida del Norte de Texas. En 2008, Tinajero organizó el primer Congreso Español con líderes provida de 14 países de habla hispana y 17 estados para formar al clero hispanohablante y a líderes laicos en el desarrollo de iniciativas parroquiales provida. En 2011, el obispo Thomas J. Olmsted invitó a Tinajero a ayudar a organizar el segundo Congreso Hispano Binacional en Phoenix. También ha sido invitada a colaborar en la expansión de programas provida parroquiales y diocesanos hablando por todo Estados Unidos, América Latina y España.
Durante su carrera como profesional en el campo de medicina, Moseley trató de abordar las disparidades raciales en la atención de salud, especialmente en relación con los bebés afroamericanos no nacidos y sus madres. Se formó en bioética católica en el Centro de Ética de la Atención Sanitaria de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Luis y más tarde recibió capacitación en bioética laica en el Centro MacLean de Ética Clínica de la Universidad de Chicago. Moseley fue presidenta del Consejo de Asuntos Éticos y Judiciales de la Asociación Médica Estadounidense. Además, formó parte de los comités nacionales de ética de la Academia Americana de Pediatría y del Consejo Americano de Pediatría. Fue secretaria nacional de la Sociedad Estadounidense de Bioética y Humanidades y miembro del grupo de trabajo original que evaluó los estándares para la consulta ética.