Ciudad del Vaticano
El padre Léon Douyon, párroco de la localidad rural de Ségué, perteneciente a la diócesis de Mopti en Mali, África, es una de las cinco personas secuestradas el 21 de junio en Mali. "El grupo fue capturado por hombres armados cuando se trasladaba de Ségué a San para asistir al funeral de un religioso", dijo el padre Alexis Dembélé, miembro de la Conferencia Episcopal de este país (CEM). Además del padre Douyon, fueron secuestrados el alcalde y el vicealcalde de Ségué, Thimothé Somboro y Pascal Somboro, así como otros dos miembros de la comunidad, Emmanuel Somboro y Boutié Tolofoudié. Por el momento, no se conocen más detalles.
16/06/2021
No es la primera vez que la Iglesia de Mali tiene que enfrentarse al secuestro de sacerdotes y religiosos. Basta con mencionar dos ejemplos dramáticos: el del padre Pierluigi Maccalli, misionero perteneciente a la Sociedad de Misiones Africanas, secuestrado en el país vecino Níger en 2018 y liberado en Mali en octubre de 2020, y el de la hermana Gloria Cecilia Narváez Argot, religiosa de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, secuestrada en 2017 en la diócesis católica de Sikasso, en el sur de Mali, y aún en manos de los secuestradores.
En el origen de la violencia están las tensiones independentistas que han inflamado el país desde 2012, así como la presencia de grupos yihadistas cercanos a Al Qaeda y al llamado "Estado Islámico". La inestabilidad política nacional también es fuerte, hasta el punto de que en el espacio de nueve meses se han producido dos golpes de Estado para sustituir al Presidente Ibrahim Boubacar Keita. El último golpe tuvo lugar el 24 de mayo y llevó al poder al coronel Assimi Gota, que se ha convertido en presidente interino hasta las próximas elecciones.
Un hecho que la CEM ha criticado duramente, calificándolo en una nota como "una toma de poder al margen de la legalidad" y expresando "gran preocupación y tristeza". "Condenamos enérgicamente la crisis actual, fruto de cálculos personales alejados de las preocupaciones del pueblo y de los intereses de Mali", reiteraron los prelados, invitando finalmente a "un diálogo constructivo para poner fin a las tensiones y proponer una tregua social".
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