PARÍS (OSV News) -- Entre los medallistas olímpicos estadounidenses que lograron un lugar en el podio en París hay católicos que han expresado su dependencia de la fe a lo largo de los años mientras buscaban la excelencia en sus actividades atléticas. La nadadora Katie Ledecky, que hizo historia en Estados Unidos el 1 de agosto al convertirse en la mujer más condecorada de la historia olímpica tras ganar su decimotercera medalla olímpica – de plata -- en el relevo de 4x200 metros, habla abiertamente de cómo su fe católica guía su vida. Después de los Juegos de Tokio 2021, la graduada de una escuela católica declaró al Catholic Standard, periódico de la Arquidiócesis de Washington, que rezaba el Ave María antes de cada carrera para calmar los nervios, al igual que había hecho durante las Olimpiadas de 2012 y 2016.
Ledecky, de 27 años, tiene ocho medallas olímpicas de oro, cuatro de plata y una de bronce. En París es compañera de equipo de dos ex alumnas de su instituto femenino, el Stone Ridge School of the Sacred Heart de Bethesda, Maryland: Phoebe Bacon y Erin Gemmell. Gemmell fue medallista junto a Ledecky en el relevo de 4x200 metros. Ellas forman parte de un grupo de atletas olímpicos estadounidenses que son católicos, fueron educados en la fe o asistieron a escuelas o universidades católicas y ahora compiten en París. La gimnasta olímpica estadounidense y medallista de oro en París Simone Biles, criada en la fe católica, ha dicho que su éxito se debe a Dios y a su fe. Ryan Murphy, que también se crió en el catolicismo y ha hablado de su fe y su vida de oración, se lleva a casa la medalla de bronce en los 100 metros espalda masculinos.