CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- En lugar de participar en chismes mezquinos que conducen al escándalo, los cristianos están llamados por Jesús a ser directos pero amorosos al ofrecer ayuda a un amigo descarriado, dijo el Papa Francisco.
La corrección fraterna es "una de las expresiones más grandes del amor, y también una de las que requieren un mayor esfuerzo", dijo el Papa antes de rezar el Ángelus con unas 20.000 personas en la Plaza de San Pedro el 10 de septiembre.
Desgraciadamente, añadió, cuando alguien comete un error, una de las primeras cosas que siguen son las habladurías, a través de las cuales todo el mundo, excepto la persona afectada, llega a conocer los detalles del incidente.
"Esto no es justo, hermanos y hermanas, esto no agrada a Dios", dijo el Papa Francisco. "Los chismes son una plaga en la vida de las personas y de las comunidades porque traen división, traen sufrimiento, traen escándalo, y nunca ayudan a mejorar, a crecer".
Como alternativa, el Papa recordó la lectura del día del Evangelio de San Mateo en la que Jesús dice que se le hable a alguien de su falta "entre tú y él a solas".
"Háblale 'cara a cara', háblale con justicia, para ayudarlo a entender en qué se equivoca", dijo el Papa. "Y hazlo por su propio bien, superando la vergüenza y encontrando el verdadero valor, que no es hablar mal de él a sus espaldas, sino decirle las cosas a la cara con mansedumbre y amabilidad".
Si hablar de tú a tú no es suficiente, dijo el Papa, Jesús sugiere involucrar la ayuda de una o dos personas más para hablar con la persona -- "no la del grupito que chismea," sino la ayuda de "personas que realmente quieran ayudar a ese hermano o a esa hermana que ha errado".
Y si un encuentro con un grupo pequeño resulta insuficiente, entonces involucrar a la comunidad, dijo el Papa Francisco. "No se trata de poner a la persona en la picota, de avergonzarla públicamente, sino de unir los esfuerzos de todos para ayudarla a cambiar".
"Señalar con el dedo a las personas no es bueno; de hecho, a menudo hace más difícil que quien se ha equivocado reconozca su propio error", dijo, subrayando la necesidad de la comunidad de de condenar el error mientras se está "cerca de la persona con la oración y el afecto, siempre dispuesta a ofrecer el perdón, la comprensión y empezar de nuevo".
El Papa Francisco instó a los cristianos a preguntarse cómo se comportan con las personas que les hacen daño. "¿Me lo guardo dentro y acumulo resentimiento?", preguntó. "¿Hablo acerca de ello a espaldas del otro?".