(OSV News) -- Un obispo de Estados Unidos está pidiendo paz en Ucrania y ayuda humanitaria para su pueblo mientras la invasión rusa a gran escala de esa nación entra en su tercer año.
"La magnitud del sufrimiento en el conflicto ucraniano sigue agitando la conciencia de los fieles", dijo el obispo A. Elias Zaidan de la Eparquía Maronita de Nuestra Señora del Líbano de Los Ángeles, presidente del Comité de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos de Justicia y Paz Internacional.
En una declaración del 23 de febrero, el obispo Zaidan señaló el daño generalizado infligido por la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022, que continuó los ataques iniciados en 2014 con la anexión de Crimea y el respaldo de los separatistas militares en las provincias ucranianas de Luhansk y Donetsk.
El obispo Zaidan citó en su declaración estadísticas de un informe de las Naciones Unidas que sitúan el número de civiles ucranianos muertos y heridos por encima de 30.000.
La agresión rusa ha sido declarada genocidio en dos informes conjuntos del Instituto New Lines y el Centro Raoul Wallenberg de Derechos Humanos. Ucrania ha informado de más de 126.037 crímenes de guerra cometidos por Rusia hasta la fecha en Ucrania desde febrero de 2022.
"Las escuelas, los hospitales, apartamentos y las infraestructuras básicas que suministran energía han sido alcanzados por los misiles", afirmó el obispo Zaidan. "Ante tanta destrucción y muerte, la gente se ve desplazada repetidamente, sin saber dónde estar a salvo".
"La Iglesia Católica, incluidas muchas organizaciones católicas, están tratando de satisfacer estas enormes necesidades tanto dentro de Ucrania como en otros países afectados por esta guerra que se ha prolongado durante dos años completos", dijo el obispo Zaidan, añadiendo que la colecta anual de la USCCB para la Iglesia en Europa Central y del Este "ha sido fundamental a la hora de proporcionar la ayuda que tanto necesita la región".
Al mismo tiempo, dijo, "la retirada de Rusia de la Iniciativa de Granos del Mar Negro ha aumentado enormemente las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria mundial, aumentando los precios de los alimentos y poniendo en peligro la salud y las vidas de las personas pobres y vulnerables que dependen de la asistencia alimentaria para sobrevivir.
"Insto al gobierno de Estados Unidos a hacer todo lo posible para proporcionar rápidamente la asistencia humanitaria que tanto se necesita", dijo el obispo Zaidan.
También expresó preocupación por las acciones represivas de Rusia contra varias comunidades religiosas en Ucrania, que han visto a líderes religiosos arrestados, torturados y asesinados, y más de 600 estructuras religiosas destruidas o convertidas en bases militares rusas.
En diciembre, la Iglesia greco-católica ucraniana reveló que las autoridades rusas habían prohibido la presencia de la iglesia y ordenado la confiscación de sus propiedades en las zonas ocupadas del sur de Ucrania. Los Caballeros de Colón y Cáritas, el brazo humanitario oficial de la Iglesia católica mundial, también fueron prohibidos.
El obispo Zaidan señaló un discurso del Papa Francisco del 8 de enero en el que advirtió que "No se puede dejar que se prolongue un conflicto que se va gangrenando cada vez más, en perjuicio de millones de personas".
"Me uno a nuestro Santo Padre para pedir el fin de la violencia en Ucrania y pido a todos los fieles y personas de buena voluntad que se unan al Sínodo de los Obispos de la Iglesia Católica Ucraniana para designar el 24 de febrero como día solemne de oración y ayuno por el fin de la guerra y para que la paz llegue a esta tierra devastada por la guerra", dijo el obispo Zaidan.