BALTIMORE (OSV News) -- La Eucaristía y la sinodalidad están interconectadas, afirmaron los prelados que asistieron a la asamblea plenaria anual de otoño de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos del 13 al 16 de noviembre. La sinodalidad, dijeron, asegura la comunicación de los fieles para que la Iglesia pueda cumplir su misión eucarística.
La reunión de octubre del Sínodo sobre la Sinodalidad en el Vaticano fue uno de los temas de conversación para varios obispos el 14 de noviembre, entre ellos el presidente de la conferencia episcopal, el arzobispo Timothy P. Broglio, quien también dirige la Arquidiócesis para los Servicios Militares de EE.UU., y el cardenal Christophe Pierre, nuncio apostólico en EE.UU.
Los obispos Daniel E. Flores, de Brownsville, Texas, y Kevin C. Rhoades, de Fort Wayne-South Bend, Indiana, ambos delegados sinodales, también hablaron de su experiencia en la asamblea.
En su discurso de bienvenida a la asamblea de la USCCB, el cardenal Pierre dijo que la sinodalidad y el Avivamiento Eucarístico Nacional que se está llevando a cabo en Estados Unidos pueden "a primera vista" parecer no estar relacionados, pero en realidad "están unidos por su propia naturaleza" y "se iluminan mutuamente".
La historia de la aparición de Cristo después de la Resurrección a dos discípulos en el camino de Emaús, relatada en el Evangelio de San Lucas 24:13-35, "muestra cómo el proceso sinodal conduce a un encuentro revelador con Jesús en la Eucaristía, y cómo la Eucaristía nos envía a una misión caracterizada por la sinodalidad", dijo. "Lo que Jesús hace con los discípulos de camino a Emaús es precisamente el camino sinodal en sus elementos esenciales: encontrar, acompañar, escuchar, discernir y alegrarse por lo que el Espíritu Santo revela".
El obispo Flores, quien preside el Comité de Doctrina de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) y es el encargado de dirigir el proceso sinodal en ese país, dijo a los obispos que el método de "conversación en el Espíritu" del Sínodo era una forma eficaz de promover la escucha.
La técnica, que combina momentos de silencio, compartir y oración, promueve una mayor empatía y colaboración, dijo el padre Iván Montelongo, sacerdote de la Diócesis de El Paso, Texas, que forma parte de los 11 delegados sinodales provenientes de EE.UU.
Dirigiéndose a la asamblea el 14 de noviembre, el padre Montelongo compartió que esas conversaciones en el Espíritu permitieron a los participantes en el sínodo "llegar a un terreno común incluso en temas difíciles", y "reconocer nuestras diferencias, nuestras divergencias, evitando conflictos innecesarios".
El sínodo "fue un momento de encuentro, de escucha profunda, no sólo de doctrina o de ideas, sino de experiencias vividas en las que el Evangelio se encarna" en todo el mundo, dijo el padre Montelongo a los obispos.
La delegada sinodal Cynthia Bailey Manns, de Minneapolis, una de las delegadas laicas estadounidenses, también se dirigió a los obispos en un breve vídeo.
Dirigiéndose a los obispos junto al obispo Flores, el obispo Rhoades calificó el sínodo como "una experiencia de la hermosa universalidad de la Iglesia y de nuestra comunión en la fe y el amor al Señor y a la Iglesia".
El obispo Flores dijo que la conversación "implica algo más que hablar y escuchar", e "implica compartir una forma y un estilo de vida" marcados por "el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la bondad, la generosidad, la fidelidad, la mansedumbre y el autocontrol", los frutos del Espíritu enumerados en Gálatas 5:22-23.
Dijo que la experiencia se produce a un nivel que es "local y particular", pero al mismo tiempo, "la vida particular de la comunidad... puede llevar el sello sacramental de toda" la Iglesia.
El arzobispo Broglio dijo a los obispos reunidos que mientras el sínodo subrayaba "cuánto podemos trabajar juntos como partes del cuerpo de Cristo", él simultáneamente "reflexionaba sobre las muchas realidades sinodales que ya existen en la iglesia de Estados Unidos".
Destacó el "espíritu de colegialidad" y la "excelente consideración e interacción que caracterizan el trabajo del Consejo Asesor Nacional, el trabajo de los consejos pastorales diocesanos, los consejos presbiterales, las juntas de revisión, las juntas escolares y tantas otras organizaciones", incluidos los comités de la USCCB.
Hablando con los periodistas, el obispo Rhoades dijo que el sínodo ha sido más que un "intercambio de experiencias", sino también una exploración de "convicciones teológicas". Refiriéndose al informe de síntesis del sínodo publicado el 28 de octubre, dijo: "Una de las cosas que se pide es una reflexión teológica más profunda sobre algunos de estos temas".
El obispo Flores dijo a los periodistas que los delegados del sínodo "se dieron cuenta de dónde está el límite de las preguntas teológicas", y subrayó la importancia de identificar las preguntas teológicas con precisión "porque si haces la pregunta equivocada, obtienes la respuesta equivocada".
Al mismo tiempo, dijo, no se ha aprovechado todo el potencial sinodal de entidades existentes como los consejos pastorales diocesanos y parroquiales, y pidió un uso más eficaz de esos órganos consultivos.
En su discurso ante la asamblea, el obispo Flores dijo que durante la sesión sinodal "se prestó gran atención a cómo nuestro sentido de la misión puede y debe fluir más cohesivamente de la comunión que genera el bautismo" y que el hecho que "los laicos, en virtud del bautismo, tienen un papel indispensable en la misión de la Iglesia no está en duda".
"Las preguntas se refieren a cómo puede fomentarse y facilitarse la corresponsabilidad de un modo que respete los principios doctrinales que sustentan la vida eclesial y la sana práctica pastoral", dijo.
La segunda sesión del sínodo, titulada formalmente "Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación y misión", se celebrará en octubre de 2024.
Tanto en su discurso como en sus observaciones al hablar con periodistas, el obispo Flores subrayó la importancia de leer y reflexionar sobre el documento de síntesis, a través del cual "podemos escuchar sobre los muchos asuntos con los que lidian las iglesias locales de todo el mundo".
"El sínodo nos ofrece una manera católica de hacer este esfuerzo con fidelidad, realismo, oración, reflexión y caridad", dijo el obispo Flores a la asamblea. "Tenemos mucho trabajo que hacer, pero nosotros, junto con nuestra gente, podemos tener la esperanza de que podemos hacerlo juntos, porque todos los que estamos aquí necesitamos participar activamente en esta conversación".