Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano
El camino misionero también va de la mano con el de la formación. Esta es una de las reflexiones que han marcado la apertura de la asamblea general de las Obras Misionales Pontificias (OMP), realizada hoy de manera online, prevista hasta el próximo 3 de junio. Participa en el encuentro, entre otros, el cardenal Luis Antonio Tagle, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Los informes introductorios corrieron a cargo de los cuatro secretarios generales de las Obras Misionales: el padre Tadeusz Jan Nowak, de la Obra Misional Pontificia de la Propagación de la Fe; la hermana Roberta Tremarelli, de la Obra Misional Pontificia de la Santa Infancia; el padre Guy Bognon, de la Obra Misional Pontificia de San Pedro Apóstol, y el padre Đình Anh Nhue Nguyên, de la Unión Misional Pontificia.
El arzobispo Giovanni Pietro Dal Toso, presidente de las OMP, se detuvo en el tema central de la asamblea y en el camino de las cuatro Obras Misionales Pontificias.
"La Asamblea General es una cita anual cuya finalidad es siempre la evaluación de la actividad de las Obras Misionales Pontificias y la aprobación de subvenciones", explicó el prelado.
Para nosotros -añadió- la Asamblea General es el órgano institucional más importante, que debe gestionar la OMP, apoyándose también en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. No se trata de un simple nombramiento anual sino, sobre todo, de un órgano institucional. Este año, al igual que el año pasado por las razones que todos conocemos, la asamblea se celebra de manera online en una plataforma digital. Esto también nos obliga a limitarnos a las tareas esenciales. Hemos identificado un tema presentado hoy por el cardenal Tagle relacionado con la comunicación, con el tipo de presencia que estamos llamados a tener no sólo en los medios de comunicación, sino, en general, en un mundo que sigue cambiando.
- Cuáles son los desafíos para las Obras Misionales Pontificias, especialmente en este momento en el que los efectos de la pandemia en algunos países, como la India, son cada vez más preocupantes, mientras que en otros, incluidos los de Europa, parece que finalmente se van reduciendo...
Los retos para nosotros están muy ligados a nuestro carisma fundamental. El reto decisivo es la promoción del espíritu misionero, la promoción de la evangelización. Este es el gran reto al que estamos llamados y que forma parte de la vida de la OMP desde hace 200 años. Los retos tienen más que ver con el contexto, ligados más a un plan eclesial. La nuestra es una organización muy vinculada a la vida pastoral de la Iglesia.
Por ejemplo, la disminución de la presencia de los fieles en la misa en los países occidentales es claramente también una consecuencia para nuestra actividad. Mientras que el crecimiento de la presencia de los fieles en los países llamados territorios de misión, tiene claramente otras consecuencias para nosotros. Dado que la nuestra es una institución universal, los retos también cambian según las regiones en las que se desarrolla nuestra actividad.
- ¿Cuáles son, concretamente, los rasgos distintivos del camino de cada una de las cuatro Obras Misionales Pontificias?
La Obra Pontificia de la Infancia Misionera está más orientada a los niños. La Sociedad Pontificia de San Pedro Apóstol está más orientada a los seminarios. La Sociedad Pontificia de la Propagación de la Fe está más orientada a apoyar a las Iglesias locales en las actividades de evangelización. La Pontificia Unión Misionera tiene más bien la tarea de animar e impulsar.
Me parece que en los últimos años se ha producido un movimiento hacia una mayor unidad entre las cuatro Sociedades. Al fin y al cabo, tenemos retos comunes que representan un desafío para las cuatro obras. Y en este camino creo ver, cada vez más claramente, una llamada a la formación. Pondré un ejemplo: la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol no se limita sólo a financiar seminarios en territorios de misión, sino que también busca la manera de ayudar en la formación de los formadores de estos seminarios. Y al mismo tiempo, por ejemplo, la Obra Pontificia de la Infancia Misionera se orienta cada vez más a la formación de quienes siguen a estos niños en la actividad pastoral. Así que hay una orientación cada vez más fuerte hacia la formación.
- ¿Cuáles son las indicaciones del Papa Francisco a las Obras Misionales Pontificias?
Las indicaciones del Papa fueron muy claras en el mensaje que nos envió el año pasado, el 21 de mayo, sobre nuestras Obras.
En este documento el Papa quiere decirnos que toda institución, incluida la nuestra, debe medirse por su cercanía a la gente y también por su fidelidad al carisma que ha recibido. Para nosotros el carisma -el Papa lo subraya mucho- es el de la oración por la misión de la caridad misionera. No es sólo una cuestión monetaria, sino también de ofrecer energía, sufrimiento, algo de uno mismo para la misión.
Evidentemente también una ofrenda económica, porque la actividad que la Iglesia realiza en los territorios de misión también necesita apoyo económico. Así que el Papa nos ha invitado claramente a ser una institución que se mida por su cercanía a la gente y por la fidelidad a nuestro carisma. El Santo Padre también destacó nuestra vocación de servir a la Iglesia local: no somos simplemente una institución universal que gobierna desde lejos. El carisma de las Obras ha sido siempre ayudar a los fieles a vivir su fe en esta dimensión misionera y universal.
Estamos al servicio de la Iglesia local para que todos los fieles sean educados para ser misioneros. Así que como nos recordaba el tema del Octubre Misionero 2019, somos bautizados y enviados. Nuestra primera llamada es ayudar a la Iglesia local a despertar en todos los fieles este espíritu misionero y universal.
SU CONTRIBUCIÓN A UNA GRAN MISIÓN: APOYARNOS PARA LLEVAR LA PALABRA DEL PAPA A TODOS LOS HOGARES