El Papa Francisco recibió este mediodía a miembros de la Fundación “Casa del Espíritu y las artes” que trabaja desde 2012 en Italia para la promoción de la dignidad del ser humano. Fundada en Milán, la fundación acoge y promueve la labor de refugiados, madres solteras, personas discapacitadas y detenidos de cárceles que realizan trabajos artesanales, como preparación de hostias para la celebración eucarística, la construcción de instrumentos musicales, la producción de vino, entre otras actividades.
Al darles su cálida bienvenida, y tras recordar las actividades de la fundación, el Papa Francisco agradeció a todos por ser “semilla de esperanza” e hizo presente la misericordia de Dios:
“Con el apoyo de la Fundación "Casa dello Spirito e delle Arti", están dando señales que se oponen a la cultura del descarte, que por desgracia está muy extendida. Por el contrario, se intenta construir, con las "piedras descartadas", una casa donde haya un clima de amistad y fraternidad social. No todo es fácil -lo sabemos- y no todo son "rosas y flores". Cada uno de nosotros tiene sus límites, sus errores y sus pecados. Pero la misericordia de Dios es más grande, y si nos aceptamos como hermanos nos perdona y nos ayuda a seguir adelante.”
Con gratitud el Santo Padre también saludó a todos los que contribuyen a la labor de la fundación, y dirigió un pensamiento en particular y su oración a la Sra. Marisa Baldoni, fundadora junto con Arnoldo Mosca Mondadori de la iniciativa. Su saludo especial fue también a los detenidos de las cárceles de San Vittore de Milán, Opera y Alba, con los directores y el personal, a quienes felicitó por el trabajo que realizan.
Al finalizar, rogando que la Virgen y San José los acompañen, les deseó que siempre tengan entre sí y en los talleres “el espíritu de la Casa de Nazaret”.
“Los bendigo con afecto y ustedes, por favor, no se olviden de rezar por mí.”