Por Carol Glatz, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Dios elige a ciertas personas no para excluir a otras, sino para incluir a todos a través de la proyección misionera y social de sus discípulos, dijo el Papa Francisco.
"Esta es una advertencia importante para nuestros tiempos, en los que las tendencias separativas cada vez mayores crean zanjas y construyen barreras entre las personas y entre los pueblos en detrimento de la unidad de la humanidad, que sufre por ello, y del mismo Cuerpo de Cristo", dijo en el Vaticano el 7 de septiembre.
El don de la ley y la elección del pueblo de Israel descritos en la Biblia son "siempre conformes a un bien universal y nunca descienden a formas de separación o exclusión", dijo en su discurso a los miembros de la Asociación Bíblica Italiana y a las personas que participan en la Semana Nacional de la Biblia en Roma.
"Dios nunca elige a nadie para excluir a los demás, sino siempre para incluir a todos. La elección de Dios tiene siempre esta dimensión social y misionera", añadió.
El Papa ahondó en el tema de la conferencia, "Alianza y acuerdos entre universalismo y particularismo", analizando cómo algunas de las diferentes promesas que Dios hizo a personas concretas, por ejemplo, a Noé o a Abraham, tenían como último fin servir al bien común y promover la armonía y la unidad en el mundo.
Son temas que se ven en todo el Antiguo y el Nuevo Testamento, dijo, con el "universalismo del amor de Dios por la humanidad – sin excluir a nadie -- y el particularismo de la elección, unidos por una característica unificadora: la irrevocabilidad de los dones y la llamada de Dios, su constante y múltiple oferta de comunión".
La alianza de Dios con Noé se refiere a la relación entre la humanidad y la creación, que es "una preocupación muy seria" hoy en día, y "sigue instándonos a utilizar los recursos del planeta con justicia y sobriedad", dijo el Santo Padre.
La alianza de Abraham también es instructiva para hoy, que es "un tiempo devastado por los ecos de la muerte y la guerra", dijo, porque "la fe común en un solo Dios nos invita y nos anima a vivir como hermanos y hermanas" y a trabajar juntos sin violencia, sin engaños para construir el mundo en verdadera paz.
El Papa Francisco animó a los participantes en la conferencia a "ayudar al pueblo de Dios a alimentarse de la Palabra, para que la Biblia sea cada vez más el patrimonio de todos".