CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Mientras que la gente puede quedar atrapada en la búsqueda del poder y la grandeza, Jesús enseña que el verdadero poder se encuentra en la humildad de ser un servidor de los más vulnerables, dijo el Papa Francisco.
Antes de rezar el Ángelus el 22 de septiembre, el Papa reflexionó sobre la lectura del Evangelio de San Marcos en la que los discípulos discuten sobre quién de ellos es el más grande, una conversación que eran reacios a compartir con Jesús.
"Mientras Jesús les confiaba a ellos el sentido de su vida, estos hablaban de poder. Y así ahora la vergüenza les cierra la boca, como antes el orgullo había cerrado su corazón", dijo el Papa. Sin embargo, Jesús responde a la conversación diciendo: "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Jesús pregunta a sus discípulos: "¿Quieres ser grande? Hazte pequeño, ponte al servicio de todos", dijo el Papa.
Esa enseñanza "renueva nuestro modo de vivir", dijo. Jesús "nos enseña que el verdadero poder no está en el dominio del más fuerte, sino en el cuidado de los más débiles. El verdadero poder no está en el dominio de los más fuertes, sino en el cuidado de los más débiles. El verdadero poder es cuidar a los más débiles, ¡esto te hace grande!".
El Papa Francisco dijo que por eso Jesús pone entonces un niño delante de los discípulos y les dice: "El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí".
"El niño no tiene poder; el niño tiene necesidad", dijo el Papa. "Cuando cuidamos al hombre, reconocemos que el hombre siempre necesita vida".
"Nosotros, todos nosotros, estamos vivos porque hemos sido acogidos", dijo. "Pero el poder nos hace olvidar esta verdad. ¡Tú estás vivo porque has sido acogido!".
Sin embargo, al abrazar las nociones convencionales de poder, "nos convertimos en dominadores, no en servidores, y los primeros que sufren son precisamente los últimos: los pequeños, los débiles, los pobres", afirmó.
"Hermanos y hermanas, , ¡cuántas personas, cuántas, sufren y mueren por las luchas de poder!", dijo, señalando que son vidas "que el mundo rechaza", como rechazó a Jesús.
"Sin embargo, el Evangelio sigue siendo palabra viva y llena de esperanza: Aquel que fue rechazado resucitó, ¡es el Señor!".