Renato Martinez - Ciudad del Vaticano
«El Santo Padre, profundamente apenado al conocer los desastres naturales que están afectando a esa amada nación y que han ocasionado tantas víctimas y daños materiales, ofrece fervientes sufragios por el eterno descanso de los fallecidos», se lee en el mensaje que envió el Papa Francisco mediante un telegrama enviado por el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, al Arzobispo de Quito, Monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, sdb.
Asimismo, el Papa Francisco «suplica al Señor que conceda consuelo a los deudos y a cuantos sufren en estos momentos de dolor e incerteza – se lee en el telegrama – y que sostenga con sus gracias a todos los que están comprometidos con la búsqueda de los desaparecidos y con el arduo proceso de reconstrucción de las zonas devastadas».
Finalmente, el Santo Padre, extiende su oración a la Virgen de la Presentación de El Quinche para que “interceda ante su hijo Jesucristo por todos los hijos e hijas del Ecuador afectados por esta catástrofe” al igual que impartió “con afecto la confortadora bendición apostólica, como signo de cercanía espiritual”.
Un violento aluvión, una ladera del volcán Pichincha que se derrumba y se precipita por un barranco, una masa de agua, rocas y lodo que arrasó dos zonas habitadas, arrastrando todo y matando. El 31 de enero no será olvidado por los habitantes de La Gasca y La Comuna, dos sectores del distrito metropolitano de Quito, la capital de Ecuador. El balance de la catástrofe fue de 27 muertos, más de 50 heridos, una docena de casas derrumbadas, muchas más dañadas, cientos de personas sin hogar y desaparecidas. Los Obispos del país latinoamericano informaron que el Papa les había enviado un telegrama firmado por el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, en el que expresaba su dolor por la catástrofe y las numerosas víctimas.