Antes de concluir su discurso, el papa pidió por la paz en "la zona del Mediterráneo oriental, afectada por varios focos de inestabilidad".
La reacción de Pedro: "'Dios no lo quiera, Señor; no te ocurrirá eso'. Cree en Jesús —Pedro es así—, tiene fe, cree en Jesús, cree; le quiere seguir, pero no acepta que su gloria pase a través de la pasión" explicó el papa.
Sin embargo, Jesús le dice a Pedro: "Ponte detrás de mí,", lo que indica que la tentación de huir "es propio del espíritu malo, es propio del diablo alejarnos de la cruz, de la cruz de Jesús", dijo el papa.
"La vida del creyente es una milicia: luchar contra el espíritu malo, luchar contra el mal", dijo.