CHICAGO (OSV News) -- Un peregrino permanente en la ruta norte de la Procesión Eucarística Nacional que se dirige a Indianápolis para el Congreso Eucarístico Nacional en julio, dijo en una parada en el área de Chicago que antes de que la gente pueda encontrar la presencia real de Jesús en la Eucaristía, primero tienen que saber quién es Jesús.
Bajo la sombra de un altar cubierto en el soleado recinto del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, Illinois, el hermano Lawrence Johnson, un fraile franciscano de la Renovación, dijo a los cientos de fieles reunidos para la oración el 27 de junio: "Encuentro que a algunas personas quizá les falta fe en que Jesús está realmente presente en la Eucaristía, pero también hay otras a las que no les parece tan importante porque todavía no conocen el amor de Jesús. Y no les parece tan importante dónde está porque aún no le han conocido".
Alternando el español y el inglés, el hermano Lawrence imploró a la multitud sentada o arrodillada ante la pequeña custodia de plata y oro que alberga el Santísimo Sacramento que pidiera a Dios que se diera a conocer.
"Este es un buen momento para invitarnos a todos a un tiempo nuevo de oración con nuestro Señor Jesucristo que está aquí presente en el altar y para comenzar a pedirle, ... 'Señor, si estás ahí, llámame. Si estás ahí, háblame de tu amor. Quizá sea algo que me falte, pero muéstrame quién eres y quién quieres que seas en mi vida'", dijo el hermano Lawrence, que también es hijo de misioneros cristianos no confesionales.
El hermano Lawrence, de 36 años, dijo que como persona de profunda fe y certeza de que el Señor Jesús era su salvador, se convirtió al catolicismo en 2011 algún tiempo después de que aprendió sobre la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía en escritos de los padres de la Iglesia y también en un libro sobre la Misa mientras completaba una maestría en teología en la Universidad de Notre Dame.
Dijo a OSV News antes de dar su testimonio que las personas que los peregrinos perpetuos encontraron a lo largo de la ruta han tenido varios niveles de devoción a la fe católica.
"Es una verdadera mezcla. Definitivamente gente que tiene una fe fuerte; pero también a veces gente (para la que) quizás hay una procesión y no saben cómo actuar; y hay gente que quizás está teniendo una primera experiencia de adoración eucarística o... una procesión eucarística", dijo el hermano Lawrence. "Hay una gracia real; hay una invitación a decir: 'Somos una Iglesia, no juzgamos', como hay que saber cómo se llama este palio, 'el umbrellino' (ombrellino o parasol), sobre Nuestro Señor. ... No se trata de tener estos conocimientos católicos. Se trata, como Iglesia, de profundizar en lo que ya tenemos".
José Luis Ferrer, de Chicago, acudió por primera vez a la adoración eucarística y rezó el rosario con los fieles, tanto en español como en inglés. Sentado a la sombra, lejos del altar del santuario, Ferrer, de 48 años, comió tamales con su familia. Dijo que seguía aprendiendo de su madre a rezar el rosario.
Ferrer se señaló el antebrazo mientras describía su experiencia a OSV News.
"En el momento en que estaba de rodillas y todos rezaban el Padre Nuestro y le dije a mi madre (en español): 'Pásame un pañuelo para secarme las lágrimas', lo sentí aquí mismo, en los brazos. Sentí que se me erizaban los pelos", relató.
Incapaz de encontrar las palabras para describir la custodia, Ferrer la llamó "reliquia de santo" en español. Dijo que, tal como el hermano Lorenzo pedía a los fieles, rezó ante la custodia y pudo sentir la presencia del Espíritu Santo.
Ferrer explicó que se había divorciado recientemente y que venir al santuario para asistir a la Hora Santa con sus padres y una prima le hacía muy feliz; le daba "alegría y consuelo volver a caminar por este hermoso planeta".
El hermano Lawrence dijo que tenía la esperanza de que la peregrinación eucarística estuviera llegando a aquellos que especialmente no estaban tan familiarizados con la Presencia Real de Jesús en la Eucaristía.
"Espero que lo que está ocurriendo sea un avivamiento de las llamas", dijo. "Ahí están las brasas del bautismo y de la fe, y sólo hace falta un poco de oxígeno para que salgan más fuertes, claras y brillantes que antes".
Durante la Misa que dio inicio a los actos eucarísticos en el santuario, el celebrante, el padre Jesús Puentes, dijo en su homilía: "Dediquemos hoy un tiempo a la adoración y a la contemplación ante el Santísimo Sacramento. Esta experiencia transformará nuestras vidas".
Un tema recurrente de esperanza y sanación en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía fue la despedida de algunos peregrinos perpetuos visitantes de la Peregrinación Eucarística Nacional de la etapa de su viaje que reccorrió Chicago. Los peregrinos de las rutas procedentes de cuatro puntos del país convergerán en Indianápolis el 16 de julio para el inicio del Congreso Eucarístico Nacional del 17 al 21 de julio.
El 30 de junio, último día de la visita de los peregrinos de la Ruta Mariana del Norte a la zona de Chicago, el cardenal de Chicago Blase J. Cupich presidió una Misa con asistencia de peregrinos en la catedral del Santo Nombre de Chicago.
En su homilía, el cardenal dijo que la Eucaristía es un recordatorio de la "victoria y el triunfo de Jesús sobre la muerte", especialmente en momentos en que los fieles se enfrentan a su propia mortalidad o están "atenazados por el miedo al fracaso".
El cardenal Cupich dijo: "Hoy, mientras celebramos la Eucaristía, con estos maravillosos textos, estas historias de sanación y del poder de la Eucaristía, tengamos en cuenta que es un momento en el que también se nos da una nueva esperanza sobre nuestras vidas".
El cardenal se refería a la lectura del Evangelio de Marcos en la que Jesús cura a la mujer que tenía una hemorragia desde hacía 12 años con sólo tocar con su mano su túnica y en la que Jesús coge de la mano a una niña de 12 años y le dice "levántate". Se creía que había muerto, pero se levantó y caminó al oír su palabra.
Danielle Schmitz, peregrina perpetua de 20 años en la Ruta Mariana, hizo una reflexión después de la Comunión. Dijo que los peregrinos han estado caminando durante las últimas seis semanas de estado a estado con Jesucristo (escondido bajo la apariencia de pan en la custodia) porque cada uno ha tenido un encuentro con él presente en la Eucaristía "que cambió radicalmente nuestras vidas para siempre".
Schmitz dijo que su encuentro ocurrió hace dos años durante la Misa.
"No sabía que mi identidad era la de su hija en la Eucaristía", dijo. "No sabía que el amor que buscaba -- todos esos deseos de mi corazón que deseaba colmar -- no sabía hasta ese momento que se cumplirían en la Eucaristía. No sabía que la curación y la libertad que tan desesperadamente deseaba del Señor se encontrarían en la Eucaristía hasta ese martes de Misa diaria".
Explicó: "Cuando subí a recibirlo y en ese momento, en un lugar de completa desesperación, de sólo querer que el Señor apareciera en mi vida, sentí que Él hablaba a mi corazón de que yo era su hija y que si permanecía cerca de su presencia eucarística tendría la libertad y la aventura, los sueños y los deseos que siempre había anhelado".
Tras la Misa, el cardenal encabezó una pequeña procesión que portaba la Eucaristía descubierta en una pequeña custodia plateada y dorada, caminando a paso ligero bajo un sol radiante por el recinto de una manzana de edificios de la catedral.
Lorelie Flores, de los suburbios occidentales de Chicago, asistió a la Misa y participó en una procesión con la Eucaristía por primera vez. Ella compartió su experiencia con OSV News.
Estoy muy contenta y es muy sobrecogedor porque creo de verdad que la Eucaristía es el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Jesús", dijo con un temblor en la voz.