TOOELE, Utah (OSV News) -- En los 55 años desde que Rosita y Sabino Arreola comenzaron su camino como pareja de casados, ellos han visto la realidad de la enseñanza católica que el sacramento del matrimonio "es un compromiso, el cual es más que un contrato".
"El compromiso siempre expresa la relación entre personas", como se lee en el Catecismo para adultos de la Iglesia Católica. "El compromiso del matrimonio se refiere a la relación entre un esposo y una esposa, una unión permanente entre personas capaces de conocerse y amarse entre ellos y a Dios".
Para los Arreola, la fe siempre ha sido una parte muy importante de su matrimonio, el cual se ha enfrentado con muchos retos, pero también ha disfrutado de grandes alegrías.
La pareja contrajo nupcias el 15 de mayo de 1969 en Huapango, un pueblo pequeño en el estado de Guanajuato, México.
"Nuestra boda fue muy humilde", recordó Rosita. "Mi mamá me hizo mi vestido y me peinaron con unas hermosas trenzas con moños… No hubo ni un gran banquete ni una gran fiesta, pero estábamos muy contentos pues recibimos la bendición de Dios para y en nuestra unión".
Provenientes de una familia muy humilde, Sabino trabajaba en el campo Y Rosita se encargaba de su hogar. La situación económica era muy difícil, así es que cuando la oportunidad de buscar un mejor futuro para su familia se presentó, Sabino tomó una muy difícil y dura decisión. A comienzos de los años 80s emigró a los Estados Unidos, dejando a Rosita y sus seis hijos solos.
"Fue muy difícil para mí estar sin él, cuidar sola a nuestros hijos, lo extrañaba todos los días y a ellos les hacía falta su papá", dijo Rosita agregando que cada día rezaba y ponía todo en las manos de Dios.
Finalmente hace 30 años se reencontraron.
"Cuando por fin estuvimos de nuevo juntos, mis hijos y yo nos pusimos muy felices ya que Sabino estaba de nuevo con nosotros", dijo Rosita,
En el 2004 los Arreolas comenzaron a participar con el Encuentro Matrimonial de la Diócesis de Salt Lake City y aunque ahora Rosita se está enfrentando a algunos problemas de salud, ellos siguen participando y sirviendo en el encuentro y en su parroquia de Santa Margarita en Tooele.
"Seguimos aprendiendo sobre la Iglesia y sobre nuestro matrimonio, y eso ha sido muy importante para nosotros", dijo Rosita agregando que el tener a Dios como el centro de su vida familiar "ha sido muy importante pues esto nos ha ayudado a poder dar testimonio de nuestro matrimonio a otras parejas".
Al paso de los años, los Arreolas han compartido su historia con toda pareja que haya necesitado sentirse apoyada.
"Cuando necesitamos compartir nuestra historia, nos gusta mucho hacerlo", dijo Rosita. "Por 11 años vivimos muy felices, pero Sabino tuvo que emigrar y nos quedamos solos. Pasamos tiempos muy difíciles, yo fui básicamente una madre soltera de seis hijos con recursos muy limitados… pero gracias a Dios y a Nuestra Señora nos volvimos a reunir, y ahora sabemos que confiando en Dios y teniéndolo como el pilar de nuestra familia nos ha mantenido juntos a pesar de todo".
Los Arreaola dijeron que con toda la información que bombardea a las personas y con la falta de compromiso que las personas tienen hoy en día, los matrimonios tienden a no sobreponerse a las dificultades ni se enfrentan a ellas y recurren a los divorcios o a abandonar a sus familias.
"Las personas necesitan comprometerse… nosotros hemos pasado por todo, y por la ayuda y con la ayuda de Dios estamos juntos", afirmó Rosita.
Un día, una persona le preguntó si se volvería a casar con Sabino si pudiese cambiar su vida. La respuesta llegó sola cuando, al celebrar sus bodas de oro hace cinco años, los Arreola renovaron sus votos matrimoniales.
"Me dije ‘ven, lo volvería a hacer una y otra vez, no cambiaría nada de lo que hemos vivido… Para mí es una gran satisfacción el que ahora podemos compartir nuestro testimonio de vida y con este hemos podido ayudar a que algunas parejas sigan juntas", dijo Rosita.
La pareja ahora cuenta con 15 nietos y 11 bisnietos.
"Siempre le doy gracias a Dios por lo que somos y lo que tenemos", agregó Rosita.
Los Arreola son "un ejemplo para todos", dijo Roberto Mercado, quien junto a su esposa se encargan del Encuentro Matrimonial en la Diócesis de Salt Lake City en Utah.