Federico Piana - Ciudad del Vaticano
A poco más de un mes después de su creación, solicitada por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), los trabajos de la Comisión independiente para el estudio de los abusos a menores y adolescentes cometidos por miembros de la Iglesia local han dado resultados. Se recogieron 214 testimonios, ya sea mediante entrevistas directas, llamadas telefónicas o rellenando un cuestionario en línea en el sitio web www.darvozaosilencio.org.
"Los casos que estamos tratando ahora incluyen víctimas nacidas entre 1933 y 2006", dice Pedro Strecht, Presidente de la Comisión y psiquiatra de niños y adolescentes, en una entrevista con Vatican News. También han llegado informes desde fuera de Portugal: "Es fundamental", subraya Strecht, "escuchar de forma absolutamente libre a las personas que nos cuentan su sufrimiento interior, que se ha mantenido oculto durante décadas".
La comisión actúa con independencia de la responsabilidad eclesiástica. Sus miembros no son miembros de la Iglesia, sino laicos con diversas competencias profesionales, como el psiquiatra Daniel Sampaio (hermano del ex presidente de la República, Jorge Sampaio), el juez y ex ministro de Justicia Álvaro Laborinho Lucio, la socióloga e investigadora Ana Numes de Almeida y la directora Caterina Vasconcelos, en representación de la sociedad civil.
La acción de la Iglesia portuguesa no es aislada. Investigaciones similares se están llevando a cabo, o ya han producido informes, como en el caso de Francia, en diferentes partes del mundo para dar seguimiento al deseo del Papa Francisco de echar luz y abrir una nueva página de cercanía de la Iglesia con las víctimas de abusos. En este sentido, la Santa Sede creó en 2020 un grupo de trabajo para ayudar a las Iglesias locales, los institutos religiosos y las sociedades de vida apostólica a crear directrices eficaces para la protección de los menores.