Ciudad del Vaticano
Del 19 al 22 de septiembre se está llevando a cabo en Varsovia, Polonia, la conferencia internacional organizada por la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores y la Conferencia Episcopal Polaca bajo el lema "Nuestra misión común es proteger a los hijos de Dios".
18/09/2021
Uno de los objetivos de esta iniciativa es permitir el intercambio de experiencias y la puesta en marcha de acciones conjuntas, así como una cooperación más estrecha entre las Iglesias de Europa Central y Oriental en el ámbito de la prevención de los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables
El evento (en el que participan representantes de los obispos y personas que trabajan en el ámbito de la protección de la infancia y la juventud en 20 países de Europa Central y Oriental) fue inaugurado ayer tras la proyección de un videomensaje enviado por el Papa Francisco, así como el saludo del arzobispo Gądecki (Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca) y un discurso del cardenal O'Malley, seguido de los testimonios de dos supervivientes de abusos.
Los trabajos continuaron esta mañana y se abrieron con un largo discurso de Monseñor Tomáš Halík, profesor de la "Charles University in Prague" y también presidente de la Academia Cristiana de la República Checa, uno de los sacerdotes ordenados clandestinamente durante el régimen comunista, durante mucho tiempo secretario general de la Conferencia Episcopal Checa.
19/09/2021
"Con espíritu de humildad y con el corazón dolorido, queremos tocar una de las heridas más dolorosas de la Iglesia", dijo en su alocución.
En este sentido, el profesor hizo hincapié en que el cuerpo místico de Cristo resucitado "también lleva heridas, y si ignoráramos esas heridas, si no quisiéramos tocarlas, no tendríamos derecho a decir con el apóstol Tomás: '¡Señor mío y Dios mío!' Un Cristo sin heridas, una Iglesia sin heridas, una fe sin heridas, es sólo una ilusión diabólica", afirmó Halík.
Con confianza en el poder sanador y liberador de la verdad -añadió-, queremos tocar las heridas que los representantes oficiales de la Iglesia han infligido a los indefensos, especialmente a los niños y adolescentes; al hacerlo, también han infligido heridas lentas y difíciles de curar a la credibilidad de la Iglesia en el mundo de hoy. Según el profesor, los casos de abusos indican también "la crisis del clero en su conjunto".
Esta crisis -puntualizó el profesor- "sólo puede ser superada por una nueva comprensión del papel de la Iglesia en la sociedad contemporánea, como escuela de sabiduría cristiana, hospital de campaña y lugar de encuentro, intercambio y reconciliación".