(OSV News) -- Roberto Navarro -- quien actualmente trabaja con Catholic Relief Services para promover acciones para ayudar a las comunidades más vulnerables del mundo -- nació en Reynosa, estado de Tamaulipas, una población ubicada en la frontera mexicana que colinda con el estado de Texas, donde vivió hasta cumplir 20 años.
Es el mayor de cuatro hermanos, quienes crecieron en un hogar con unos padres católicos muy devotos a la Virgen de Guadalupe y con su abuela materna con quien aprendió a rezar el Santo Rosario. "Ella a sus 100 años todavía era catequista", comentó Navarro.
"Vivía en realidad en una colonia pobre donde no había agua potable, ni electricidad. Estábamos a unas 15 cuadras de unos de los basureros de la ciudad y obviamente pues limitado de la visión de lo que yo podría ser, porque lo que ves alrededor, lo pequeño, es lo que crees que puedes ser", contó.
De niño iba a la escuela y en su tiempo libre ayudaba a su mamá a vender comida o ropa en la calle. Su padre tenía para entonces dos o tres trabajos para sostener a su familia.
"Yo siempre soñaba con conocer al Papa y viajar a Roma, yo pensaba que nunca pasaría. Obviamente en ese tiempo no sabía hacia dónde Dios me estaba llamando dentro del contexto de la Iglesia", dijo Navarro que formaba parte del coro y del grupo de jóvenes en su parroquia.
Justamente allí conoció a su esposa con quien sostuvo un noviazgo de poco más de tres años hasta que se casaron, vinieron a los Estados Unidos y se radicaron en Texas. Él y su esposa tuvieron cinco hijos, de los cuales uno lamentablemente murió en un accidente en el año 2020.
En México, Navarro había estudiado una carrera técnica y trabajaba en la industria metalúrgica y gracias a eso ingresó a General Dynamics, una compañía del sector aeroespacial con sede en Texas. Allí con los años llegó a ser gerente de operaciones y posteriormente fue el tercero en la línea de mando de la empresa devengando un gran salario. En ese punto sentía que había cumplido el sueño americano.
Para 2003, la empresa entró en crisis financiera tras los atentados del 9/11 que afectaron especialmente a esta industria. "Los dueños me dijeron, Roberto, quedan dos meses, sería bueno que empieces a buscar trabajo", dijo mientras recuerda que, en oración con su esposa, decidieron que él daría un giro de 180 grados a su carrera profesional.
"Entré a trabajar como asistente administrativo en la Oficina de Caridades Católicas para la Diócesis de Austin, ganando como $23.000 al año cuando mi bono anual en la compañía era entre $25.000 y $35.000", dijo Navarro, quien siempre había querido trabajar en la Iglesia.
Tras cuatro años con Caridades Católicas en Austin, pasó a ser director de la Oficina de Jóvenes Adultos y Pastoral Universitaria en la Diócesis de Galveston-Houston. También ha servido en el Ministerio Hispano a nivel nacional en diferentes mesas directivas. "En ese tiempo, yo era miembro de la mesa directiva de La RED, que es el ministerio de Pastoral Juvenil Hispana," y en 2012 fue invitado a ser parte de una delegación que visitó Ghana para ver el trabajo de Catholic Relief Services (CRS).
En medio del viaje, se enteró que estaba disponible la posición de director regional de la Oficina del Suroeste de CRS, ubicada en San Antonio, Texas. Fue así como en 2013 Roberto llegó a esa organización y seis años empezó a fungir como senior director of church engagement.
"Mi trabajo principal es ser el punto de contacto con los obispos de Estados Unidos. Todo lo que tiene que ver con identidad católica dentro del contexto de CRS", explicó. Debido a su trabajo, ha visitado la Santa Sede y ha visto al Papa Francisco en diversas ocasiones, entre ellas durante su visita a los Estados Unidos en 2015.
Ahora Navarro sueña con que un día se logre erradicar el hambre ya que su labor es "abogar por las propuestas de ley que son importantes para ayudar a nuestros hermanos más necesitados alrededor del mundo", explicó. Él y su equipo abogan para que el Congreso apruebe y/o mantenga el presupuesto de ayuda financiera al extranjero.
"Podemos aliviar el sufrimiento humano y ayudar a millones de personas a través de la defensa de causas que cambien políticas o sistemas injustos", se lee en el sitio web de CRS. Con campañas para abordar los problemas más acuciantes del mundo, iniciativas de la conferencia episcopal de Estados Unidos y CRS "son la voz oficial de la Iglesia Católica Romana en Estados Unidos para aliviar el sufrimiento humano en todo el mundo".
Para Navarro, la labor de advocar es una manera en que podemos vivir los valores del Evangelio. "Yo puedo decir ahorita que he sido más bendecido en el tiempo que he estado sirviendo a Dios que cuando estaba más enfocado en el sueño americano", dijo.