Francesca Merlo – Ciudad del Vaticano
El ejército de Burundi anunció la muerte de diez de sus miembros de las fuerzas de paz de la Unión Africana en el ataque a su base en Somalia. En el asalto también resultaron heridos veinticinco soldados y otros cinco están desaparecidos. También murieron veinte miembros del grupo extremista islámico Al Shabaab, que reivindicó el ataque a la base de El Baraf, a 150 kilómetros al norte de la capital somalí, Mogadiscio.
Burundi es uno de los países que aportan tropas a la Misión de la Unión Africana en Somalia, también conocida por sus siglas: ATMIS. Además Uganda, Kenia, Etiopía y Yibuti tienen soldados desplegados en la misión. En un comunicado emitido el 4 de mayo, el organismo continental condenó el ataque y rindió "tributo a las fuerzas de paz burundesas que perdieron la vida ayudando a llevar la paz y la estabilidad a Somalia".
El ataque del martes pasado fue uno más de Al Shabaab, que se opone a la presencia de tropas extranjeras en Somalia. El grupo, que lleva más de diez años luchando por imponer la ley islámica en todo el país, ha intensificado sus ataques en los últimos meses en medio de las tensiones políticas, ya que Somalia busca elegir un nuevo presidente. Los terroristas suicidas que llevan explosivos caseros son cada vez más frecuentes en lo que los expertos en seguridad denominan un "cambio de táctica".
El 23 de marzo, el grupo militante islámico atentó contra las elecciones en el palacio presidencial regional de la ciudad de Beledweyne, a unos 300 km al norte de Mogadiscio. Cuarenta y ocho personas murieron y más de cien resultaron heridas. Se cree que Al-Shabaab es responsable del asesinato de fuerzas de paz somalíes, cooperantes internacionales, numerosas figuras de la sociedad civil y periodistas, y de bloquear la entrega de ayuda de algunas agencias de ayuda occidentales durante la hambruna de 2011 que causó la muerte de decenas de miles de somalíes.