Trump ordena ampliar el acceso a la fertilización in vitro, una práctica contraria a la enseñanza católica
Por Gina Christian, OSV News (OSV News) -- El presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva que busca ampliar el acceso a la fertilización in vitro (FIV), una práctica que la Iglesia Católica advierte que es enormemente destructiva para la vida humana embrionaria.
Como una forma de tecnología de reproducción asistida, la FIV une los óvulos de una mujer y los espermatozoides de un hombre fuera de sus cuerpos respectivos en un entorno de laboratorio. Uno o más embriones son seleccionados para su implantación en el útero de la mujer, mientras que los embriones restantes son destruidos o congelados indefinidamente.
La orden ejecutiva del 18 de febrero de Trump "establece recomendaciones políticas para proteger el acceso a la FIV y reducir agresivamente los costos a cargo del paciente y costos de los planes de salud para dichos tratamientos", según un comunicado emitido ese mismo día por la Casa Blanca.
Los costos de la FIV, que "a menudo no están completamente cubiertos por el seguro de salud", pueden oscilar "entre $12.000 y $25.000 por ciclo", y "pueden ser necesarios múltiples ciclos para lograr un embarazo", señaló la Casa Blanca en su comunicado.
La orden ejecutiva cumple con las "promesas para las familias estadounidenses" hechas por Trump, y al mismo tiempo, busca abordar la disminución de las tasas de fertilidad en Estados Unidos, según la Casa Blanca.
Esa caída es parte de una disminución global en las tasas de fertilidad, con cifras de 2024 situadas en 2,2 nacimientos por mujer, frente a aproximadamente 5 en la década de 1960 y 3,3 en 1990, según el Informe Mundial sobre Fertilidad 2024 de las Naciones Unidas.
El comunicado de la Casa Blanca citó a Trump diciendo: "Queremos más niños, para decirlo de manera muy sencilla".
Sin embargo, expertos en demografía a favor de la familia ya habían descartado que una política sobre la FIV conduzca a un aumento en la natalidad desde que Trump planteó la idea durante su campaña de 2024.
Lyman Stone, investigador principal y director de la Iniciativa Pronatalista del Instituto de Estudios de la Familia, manifestó a OSV News en septiembre que la gente tiende a retrasar la fertilidad cuando tiene más opciones de tecnología reproductiva.
"Entonces, congelas tus óvulos cuando tienes 31 años y piensas: 'Bueno, no necesito apresurarme, porque al final del día, tengo todo el tiempo del mundo'", añadió. Pero dado que los nacimientos en madres mayores pueden presentar dificultades inherentes, eso no siempre es cierto, lo que significa que "estos dos factores más o menos se cancelan mutuamente".
"Por lo tanto, el resultado neto es que no hay más niños", agregó.
La Iglesia Católica se opone a los tratamientos de FIV porque con frecuencia implican la destrucción de embriones humanos, además de otras cuestiones éticas y morales.
De los más de 413.000 ciclos de tecnología de reproducción asistida registrados en 2021, solo 112.088 resultaron en embarazo. De esos, solo 97.128 niños nacieron, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Se crean múltiples embriones para su uso en un ciclo de FIV, por lo que la cantidad de embriones humanos generados cada año mediante FIV en Estados Unidos asciende a cientos de miles, y la mayoría se pierde debido a lo que las clínicas de fertilidad explican en sus sitios web como "desgaste de la FIV".
El obispo Michael F. Burbidge de Arlington, Virginia, quien en noviembre de 2024 cumplió su mandato de tres años como presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, abordó la FIV en su carta pastoral del 22 de enero, "La Familia Cristiana, la Fertilización In Vitro y el Testimonio Heroico del Verdadero Amor".
Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, el Concilio Vaticano II, escritos papales, bioeticistas católicos y la cobertura periodística de la industria de la FIV, además mencionar una variedad de recursos pastorales disponibles para parejas que luchan contra la infertilidad, el obispo Burbidge advirtió que la FIV plantea amenazas "a veces muy evidentes y otras veces muy sutiles" a la dignidad humana.
Señaló que esas amenazas incluyen la destrucción eugenésica de millones de embriones, la ruptura del vínculo integral entre la procreación y el amor conyugal, la erosión del derecho del niño a padres naturales y riesgos para la salud, la seguridad y la libertad religiosa.
En un comunicado del 19 de febrero, el obispo Burbidge describió la orden ejecutiva de Trump como una "acción decepcionante e innecesaria" que es "incompatible con el evidente apoyo del presidente al bien de la vida humana y su deseo de fomentar la formación de familias".
La orden "probablemente promoverá injustamente la FIV de una manera que resultará en el abandono o la muerte de millones de personas humanas embrionarias", expresó el obispo Burbidge en su declaración.
Además, la ampliación del acceso a la FIV podría "involucrar a todos los contribuyentes en una grave injusticia moral, proporcionar subsidios federales a negocios de FIV ya lucrativos e ignorar los riesgos para los padres y los niños en la industria de la FIV, que en Estados Unidos carece de una regulación amplia", agregó.
Algunos líderes de defensa provida han comenzado a manifestarse en contra de la orden ejecutiva de Trump sobre la FIV. La presidenta de Live Action, Lila Rose, católica, calificó la propuesta como "desgarradora" y expresó en publicaciones en redes sociales el 18 de febrero que "la FIV NO es provida".
"La FIV convierte a los niños en productos para ser creados, vendidos y descartados, violando sus derechos humanos básicos", afirmó.