Benedict Mayaki, SJ
El conflicto entre Rusia y Ucrania comenzó después de que manifestantes pro Unión Europea derrocaran al gobierno del presidente ucraniano Víctor Yanukóvich, apoyado por Moscú. El derrocamiento provocó una rápida escalada de una crisis que desembocó en la anexión de Crimea por parte de Rusia en marzo de 2014 y en la declaración de independencia de Ucrania por parte de los separatistas prorrusos de las regiones de Donetsk y Luhansk del país.
La violencia resultante del conflicto en el Este de Ucrania entre las fuerzas separatistas y el ejército ucraniano ha causado la muerte, desde entonces, de más de 14.000 personas y ha obligado a un millón y medio a desplazarse internamente.
Más recientemente, en octubre de 2021, Rusia comenzó a desplazar tropas y equipos militares cerca de su frontera con Ucrania, lo que hizo temer una posible invasión. Se están realizando esfuerzos diplomáticos en un intento de desactivar la posible crisis.
Entrelazada con la experiencia de los ucranianos en estos años de conflicto está la experiencia de la Iglesia en Ucrania. El viernes, Ayuda a la Iglesia Necesitada, una fundación pontificia dedicada a prestar asistencia pastoral y humanitaria a la Iglesia perseguida en todo el mundo, organizó una conferencia online para reflexionar sobre la presencia y el papel de la Iglesia en medio del conflicto.
Bajo el lema de "Ucrania: La experiencia de la Iglesia a lo largo de ocho años de conflicto armado", la conferencia ofreció un espacio para que los líderes religiosos, entre ellos el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, y el nuncio apostólico en Ucrania, el arzobispo Visvaldos Kulbokas, compartieran sus perspectivas. Al comienzo de la conferencia, el Dr. Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de Ayuda a la Iglesia Necesitada Internacional, dio la bienvenida a los ponentes y a los participantes.
Señaló que Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva años trabajando en Ucrania, prestando apoyo a la Iglesia a través de proyectos en medio de los 8 años de conflicto, que se ha agravado aún más con la crisis sanitaria de Covid-19 que estalló hace 2 años. El Presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada espera que la conferencia sea informativa para ayudar a ilustrar lo que la institución y los medios de comunicación pueden hacer para seguir dando voz pública a la situación de sufrimiento en Ucrania.
El arzobispo mayor Shevchuk agradeció la oportunidad que le brindaba la conferencia de compartir la experiencia de los ucranianos en este delicado y dramático momento de la historia del país. Además, expresó la preocupación de muchos ucranianos por el hecho de que el país esté al borde de una peligrosa escalada de agresión militar que no es sólo una continuación del conflicto de 8 años con Rusia, sino una "escalada a gran escala" que implica no sólo a Ucrania, sino a toda Europa y a los países miembros de la OTAN. En su opinión, la amenaza tiene cuatro dimensiones: la militar, la guerra de desinformación, la escalada política y el efecto sobre la economía. El arzobispo mayor explicó asimismo que la presencia militar en la frontera ha despertado la preocupación de los ciudadanos y las autoridades ucranianas.
Mientras tanto, desde el punto de vista económico, el aumento de los precios del gas y el combustible supone una presión adicional para los ciudadanos, ya que muchos tienen dificultades para pagar los altos precios. A la vez que los inversores tienen miedo de invertir en la economía y muchas personas corren el riesgo de perder sus empleos.
A pesar de la situación, el arzobispo mayor Shevchuk señala que la gente sigue buscando inspiración en la Iglesia. De hecho, una reciente encuesta sociológica realizada indica que el 63% de los ucranianos considera que la Iglesia es una institución fiable ante el conflicto.
“La Iglesia está desempeñando su papel para hacer sentir su presencia en muchos frentes”. El arzobispo mayor destacó que la Iglesia greco-ucraniana está trabajando activamente para desarrollar una red de cooperación de las comunidades eclesiásticas con el fin de canalizar mejor los esfuerzos. Además, señaló que en una reciente reunión de obispos ucranianos se destacaron cuatro respuestas importantes a la situación: la oración, la solidaridad con los necesitados, la predicación de la esperanza y la consolidación de la sociedad ucraniana.
A continuación, destacó el papel de las parroquias en la respuesta de la Iglesia a la situación, señalando que la comunidad parroquial es un punto de referencia importante, ya que muchas se han transformado para ayudar con servicios sociales a las personas necesitadas. Muchas parroquias, explicó, suministran alimentos, ropa de abrigo y ofrecen servicios de asistencia psicológica a las personas.
El arzobispo mayor espera que, a través de estas acciones, la Iglesia pueda contribuir a "decir no a la violencia y a la acción militar como solución de los problemas" y promover más bien el diálogo, la solidaridad y la cooperación.
Por su parte, el nuncio apostólico en Ucrania, el arzobispo Visvaldos Kulbokas, destacó la preocupación del Papa Francisco por Ucrania, y recordó la jornada de oración por la paz para el país convocada por el Santo Padre el 26 de enero.
Para esa ocasión, el Santo Padre había invitado a los fieles y a las personas de buena voluntad a rezar al Señor para que "conceda que el país crezca en el espíritu de la fraternidad y que se superen todas las heridas, los miedos y las divisiones".
El arzobispo Kulbokas señaló que la crisis es una mezcla de tensión político-militar, en la que ambas partes protegen sus intereses.
Ante esto, la Iglesia tiene el papel de rezar por la paz y también por la conversión de los dirigentes militares y políticos, para que no recurran al uso de la fuerza militar. Recordó las palabras de Jesús al que cortó la oreja del sumo sacerdote, pidiéndole que "vuelva a meter su espada en la vaina".
El resto de la conferencia online, a la que asistieron 77 participantes en su momento álgido, se dedicó a una sesión de preguntas y respuestas en la que los ponentes exploraron diferentes aspectos de la situación y de los esfuerzos de Ucrania y de la Iglesia greco-católica.