Gabriella Ceraso y Michele Raviart - Ciudad del Vaticano
El padre Olivier Maire, superior provincial de la Congregación de los Montfortianos, fue asesinado en la Vendée, en Saint-Laurent-Sur-Sevre. Su cuerpo fue encontrado por la policía tras la denuncia de un hombre que se presentó a la gendarmería confesando el asesinato del sacerdote.
De 40 años, nacido en Ruanda, Emmanuel Abayisenga es el principal sospechoso del incendio provocado en la catedral de Nantes en julio de 2020. Acusado del crimen, había sido puesto en libertad bajo supervisión judicial a principios de junio y había encontrado refugio en una comunidad religiosa -a la que pertenecía el sacerdote asesinado- mientras esperaba su juicio, previsto para 2022. Como ya había dicho su abogado, el hombre era "física y psicológicamente frágil". Los investigadores han descartado un móvil terrorista, pero han abierto una investigación por homicidio voluntario.
El presidente de los obispos franceses, monseñor Éric de Moulins-Beaufort, ha tuiteado su dolor personal y la cercanía de la Iglesia de Francia a la familia del sacerdote y a su congregación. Vivió -escribió- siguiendo a Cristo hasta el final, en la acogida incondicional de todos. Rezo por su familia, sus hermanos y por todas las personas traumatizadas por esta tragedia, incluido su asesino. El padre Santino Brembilla, superior general de los monfortianos, habló del padre Olivier Maire como "un religioso, un sacerdote y un misionero de gran valor, un especialista en la espiritualidad monfortiana que acompañó a toda su comunidad en la comprensión profunda del mensaje de su fundador, Louis-Marie Grignion de Montfort".
El presidente Emmanuel Macron y el primer ministro Jean Castex también expresaron su solidaridad con todos los católicos de Francia y con la Congregación de Montfort, y dijeron estar profundamente conmocionados por lo ocurrido. "Llevaba la generosidad y el amor al prójimo hasta en sus rasgos faciales", tuiteó el presidente, añadiendo que "proteger a los que creen es una prioridad". "Queremos que se aclare este acto odioso: desquitarse con un sacerdote, con un hombre de la Iglesia, es desquitarse con el alma de Francia". Así lo ha manifestado el ministro del Interior, Gérald Darmanin, en una rueda de prensa celebrada esta tarde al término de su encuentro con los miembros de la congregación de Montfort. Gérald Darmanin rechazó entonces cualquier polémica con la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, que afirmó que el sospechoso ruandés no había sido expulsado tras el incendio de Nantes. El Ministro del Interior dijo que el ruandés no podía ser deportado porque estaba bajo supervisión a la espera de una decisión judicial.
El Ministro del Interior habla con la prensaEn Francia se han producido varias tragedias en las que han sido víctimas sacerdotes y religiosos, lo que ha despertado fuertes emociones. Del asesinato del padre Jacques Hamel el 26 de julio de 2016, el primero que se produce durante la celebración de la Eucaristía desde la Revolución Francesa. Más atrás en el tiempo, recordamos al padre Jean-Luc Cabes, de la diócesis de Tarbes y Lourdes, asesinado en Tarbes durante la noche del 10 al 11 de mayo de 1991. La diócesis de Tulle recuerda también al padre Louis Jousseaume, párroco de Égletons, en Corrèze, asesinado en su presbiterio el 26 de octubre de 2009. El 16 de agosto de 2005, los peregrinos que rezaban para las vísperas se vieron sacudidos por el asesinato del fundador de la comunidad de Taizé, el hermano Roger Schutz, en la iglesia de la Reconciliación, dentro de la comunidad ecuménica.
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