(OSV News) -- Mientras Rusia ataca las exportaciones de grano de Ucrania, que alimentan a millones de personas en varios países, un obispo estadounidense pide a los líderes mundiales que garanticen la seguridad alimentaria.
"La reciente decisión de Rusia de no permitir a Ucrania exportar toneladas de grano significa que es probable que más personas pasen hambre", dijo el Obispo David J. Malloy de Rockford, Illinois, presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., en una declaración del 7 de agosto.
El mes pasado, Rusia abandonó la Iniciativa del Mar Negro (Black Sea Grain Initiative), que expiró el 17 de julio. El acuerdo, negociado por las Naciones Unidas y Turquía en julio de 2022, permitía que los suministros de alimentos de Ucrania, de vital importancia, llegaran a los mercados mundiales en medio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, que se inició en febrero de 2022 tras la agresión iniciada en 2014.
Los precios mundiales de los alimentos se dispararon cuando Rusia bloqueó los puertos de Ucrania, impidiendo exportaciones agrícolas cruciales de la nación conocida como "el granero de Europa".
En virtud del acuerdo sobre cereales del Mar Negro, se exportaron cerca de 33 millones de toneladas de granos y productos agrícolas desde tres puertos ucranianos del Mar Negro --Odesa, Chernomorsk y Yuzhny/Pivdennyi -- a 45 países.
Más de la mitad de los envíos fueron de maíz, mientras que el resto correspondió a trigo, girasol y otros productos agrícolas. El 65% del trigo exportado a través de la iniciativa llegó a países en desarrollo.
Gracias a esta iniciativa, el Programa Mundial de Alimentos transportó más de 725.000 toneladas de cereales a poblaciones vulnerables de Afganistán, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán y Yemen. Tanto en 2022 como el año anterior, Ucrania suministró más de la mitad del trigo en grano del programa.
Desde que abandonó el acuerdo sobre el grano del Mar Negro (conocido como BSGI por sus siglas en inglés), Rusia no ha dejado de atacar los puertos ucranianos, incluidos los de Odesa y Mykolaiv, así como Izmail, situado en el río Danubio, frente a Rumanía. Además, Rusia anunció que consideraría objetivos militares todos los buques que se dirigieran a aguas ucranianas. (Un barco carguero israelí fue el primero en desafiar el bloqueo el 31 de julio, seguido de otros barcos registrados en Grecia, Turquía y Georgia, según al menos un informe).
"La decisión de Rusia de retirarse de la BSGI y su bombardeo de las instalaciones de almacenamiento de grano en Ucrania repercutirá enormemente en la disponibilidad de suministros alimentarios en un momento en que más personas necesitan desesperadamente alimentos", afirmó el obispo Malloy. "Con el número de personas desplazadas por la fuerza en un nivel récord, el Programa Mundial de Alimentos estima que 345 millones de personas pasarán hambre aguda este año, con 129.000 personas potencialmente expuestas a la hambruna en lugares como Afganistán, Siria, Yemen, el Cuerno de África y Myanmar".
El obispo citó una súplica hecha por el Papa Francisco durante una audiencia el 1 de junio de 2022, durante la cual el Papa hizo "un sentido llamamiento para que se haga todo lo posible para resolver esta cuestión y garantizar el derecho humano universal a la alimentación".
"¡Por favor, que no se utilice el grano, un alimento básico, como arma de guerra!" dijo entonces el Papa Francisco.
Tras señalar que "la crisis alimentaria está entrelazada con la persistencia de los conflictos", el obispo Malloy dijo que se unía al Papa Francisco "en el llamamiento a los líderes mundiales para que miren más allá de los estrechos intereses nacionales, se centren en el bien común y se unan para garantizar que los suministros de alimentos críticos puedan llegar a los más necesitados".
"Las personas más vulnerables están llorando de hambre", dijo el obispo Malloy. "Con la compasión de Cristo, tenemos que escuchar sus gritos y ayudar".