La Virgen de París regresa a la catedral de Notre Dame con miles de parisinos acompañándola en procesión
Por Caroline de Sury, OSV News
PARÍS (OSV News) -- Tras haber evitado milagrosamente las que cayeron del techo durante el incendio del 15 de abril de 2019, y después de esperar cinco años para volver a la catedral de Notre Dame, la estatua del siglo XIV de la Virgen de París regresó a casa el 15 de noviembre, acompañada por miles de parisinos que iban rezando, cantando y encendiendo velas mientras caminaban a su Virgen a la iglesia más icónica de París, restaurada después del incendio.
Desde el incendio, la estatua, también llamada Virgen con el Niño o Virgen del Pilar, se encuentra cerca del Louvre, en la iglesia de Saint-Germain l'Auxerrois, desde donde partió la procesión a las 6 p.m. hora local.
Para el obispo auxiliar de París, Philippe Marsset, la estatua representa "una especie de milagro".
"Muchos cristianos vieron el fuego como un signo de la purificación que Dios pedía a su Iglesia", dijo a OSV News. "La estatua de la Virgen se salvó entre las llamas y las aguas. Permaneció en pie, como señal de que el cielo velaba por nosotros, y de que este desastre no tendría la última palabra".
Parecía que toda la ciudad, típicamente orgullosa de su “laïcité,” o secularismo, quería estar con ella la noche del 15 de noviembre. Todos los principales periódicos y sitios web del país invitaron a los parisinos a unirse a ella durante todo el día, convirtiéndola en la principal noticia del ciclo, con una breve pausa para informar sobre la visita sorpresa de "reconocimiento" fuera de cámara del presidente francés Emmanuel Macron, que se coló inesperadamente en la catedral el 15 de noviembre, antes de la anunciada reunión prevista en el lugar con el arzobispo de París el 29 de noviembre, según confirmó Le Figaro.
La Virgen de París recuperó rápidamente el protagonismo por la tarde. De 2 metros de altura y esculpida en piedra blanca, la copia de la estatua original fue paseada solemnemente hasta la catedral mientras la original era transportada en un camión especial.
Desde 1855 — la primera gran restauración de la catedral en el siglo XIX -- se encontraba al pie del pilar sureste del cruce del transepto, posición que le valió a la estatua el nombre de Virgen del Pilar.
Cuando se declaró el incendio en abril de 2019, la estatua fue encontrada empapada por el agua de las unidades de bomberos y rodeada de cenizas, junto a trozos de madera caída, y escombros de piedra de la bóveda derrumbada. Pero la superficie estaba intacta. En octubre siguiente, fue trasladada a Saint-Germain l'Auxerrois, donde se habían transferido las actividades litúrgicas de Notre Dame.
Cuando estaba a punto de comenzar la tan esperada procesión mariana, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, dio la bienvenida a la multitud en la plaza frente a la iglesia, junto con los capellanes de Notre Dame y los caballeros de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro, ataviados con sus capas blancas.
Por razones de seguridad, no fue posible transportar a pie la estatua real de la Virgen. En su lugar, todos pudieron presenciar su salida en camión, antes de partir, con velas y cantos, detrás de una réplica, iluminada y adornada con flores blancas. La procesión recorrió las orillas del Sena en dirección a la Île de la Cité, una de las dos islas parisinas y sede de la catedral de Notre Dame.
Al llegar ante la catedral, hacia las 7 p.m., los peregrinos fueron recibidos por los cantos de la Maîtrise Notre Dame, el coro de la catedral, que se había quedado sin hogar pero que viajaba por el mundo desde hace cinco años. El arzobispo bendijo la estatua original, cuyo cajón se había abierto para que pudiera verse. A continuación, el camión entró en las obras de la catedral.
Al mismo tiempo, el "Pèlerinage des Pierres Vivantes", una asociación de jóvenes de la Arquidiócesis de París, organizó una vigilia de oración frente a la catedral.
"Fue una oportunidad para recordarnos que, incluso antes de que se abran oficialmente las puertas, Notre Dame es un edificio destinado a la oración", dijo a OSV News Noémie Teyssier d'Orfeuil, líder de los voluntarios.
"En un principio, la devolución de la estatua era un acontecimiento logístico. Pero se aprovechó la oportunidad para convertirlo en un acontecimiento misionero y popular", dijo.
Para Teyssier d'Orfeuil, esta peregrinación simboliza "la restauración de la vocación de culto de Notre Dame", antes de su inauguración por las autoridades oficiales del Estado y del mundo cultural francés el fin de semana del 7 y 8 de diciembre.
"La catedral es ante todo un icono del misterio de la Iglesia", declaró la joven católica.
En el interior de la catedral, la estatua original vuelve a instalarse no lejos del altar, cerca del pilar a cuyos pies se convirtió el famoso escritor y diplomático francés Paul Claudel el día de Navidad de 1886.
En 1913, describió el momento de la conversión: "Era el día más sombrío del invierno y la tarde más oscura y lluviosa sobre París", escribió. Recordaba que estaba de pie "cerca del segundo pilar a la entrada del presbiterio, a la derecha, en el lado de la sacristía", cuando "ocurrió el acontecimiento" que dominó su "vida entera".
"En un instante, mi corazón se conmovió y creí", escribió Claudel. "Creí con tal fuerza de adhesión, con tal elevación de todo mi ser, con una convicción tan poderosa, con una certeza tal que no dejaba lugar a ningún tipo de duda, que desde entonces todos los libros, todos los argumentos, todos los incidentes y accidentes de una vida ajetreada no han podido sacudir mi fe, ni de hecho afectarla en modo alguno."
El padre Gaëtan de Bodard, nuevo capellán del emblemático cuerpo de bomberos de París que salvó Notre Dame — y sucesor del padre Jean-Marc Fournier, quien corrió valientemente al interior de la catedral en llamas para preservar primero al Santísimo Sacramento, bendecir la iglesia en llamas y salvar después la corona de espinas, una de las reliquias más valiosas de la catedral —, afirmó que Notre Dame ya es hoy testigo de nuevos milagros de conversión.
"Conozco personalmente a uno de los bomberos que intervinieron aquella tarde y el redescubrió su fe en ese momento”, dijo el padre de Bodard a OSV News.
"Se había apartado de su fe ante todo el sufrimiento, el dolor, las privaciones, la soledad, la sangre y las heridas que veía. Pero la noche del incendio, se sintió conmovido al ver toda la ciudad de París paralizada y a la gente rezando de rodillas en las calles", explica el nuevo capellán de la unidad de bomberos de París.
"En el interior (de la catedral), le impresionó la cruz luminosa de Cristo que brillaba en el coro, tras el derrumbe de la aguja. Sintió una presencia que le guiaba, que marcó el inicio de un profundo acercamiento a Dios", dijo el padre de Bodard.
Para Mons. Marsset, la cruz en el interior de la catedral destruida y la Virgen del Pilar salvada son signos de que hay esperanza "más allá de la destrucción".
"María, en su humildad, y la cruz, en su resplandor, nos dieron la dirección: 'Iglesia, cruza sobre tus cenizas, asume lo que has hecho, haz penitencia, y al final de este camino, hay un 'más allá del desastre'".