Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano
Un tribunal "según el modelo de Núremberg". Esto es lo que pide el presidente ucraniano Zelensky para juzgar a los responsables de lo que define como "crímenes de guerra" cometidos por Rusia. En su intervención en el Consejo de Seguridad de la ONU, el líder de Kiev muestra fotos de civiles muertos y pregunta: "¿Dónde está la paz que debe garantizar la ONU?". El embajador ruso ante las Naciones Unidas, Vasily Nebenzya, dijo que las acusaciones del líder ucraniano eran "infundadas y no confirmadas por testigos presenciales". A continuación, subrayó que Moscú había contribuido a la creación de corredores humanitarios en Mariúpol y había evacuado a ciudadanos ucranianos a Rusia: "Lo pidieron voluntariamente, sin coacciones ni secuestros, como insinúan los colegas occidentales", añadió.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, intervino sobre la masacre de Bucha, diciendo que las imágenes eran una falsa provocación para interrumpir las negociaciones. Sin embargo, según el periódico británico The Guardian, se ha encontrado una nueva fosa común en Bucha. Un escenario aún peor proviene de la ciudad ucraniana de Borodyanka, donde, según el alcalde, se han encontrado los cuerpos de 200 civiles bajo los escombros. Y mientras se investigan 5.000 crímenes de guerra en Ucrania, como torturas y violaciones, incluso de menores, la violencia no cesa, con explosiones -según los medios locales- en las últimas horas en Leópolis y Dnipro. Estados Unidos anunció ayuda adicional a Ucrania, la UE trabaja en nuevas sanciones sobre el petróleo y el carbón, mientras que Putin amenaza con reaccionar ante lo que considerará cualquier acto hostil contra Rusia y dice: "seremos más cautelosos con las exportaciones de alimentos, especialmente a los países hostiles".